
Recuerdo allá a lo lejos 2005, mis primeros encuentros con el Yoga a tra
vés de la práctica de Asanas.
Recuerdo cómo me afectó tan profundamente el hecho de observarme en posiciones incómodas que me exigían mucho esfuerzo y concentración.
También recuerdo haber podido superar las barreras del cuerpo y sus límites: claro! yo provenía del ámbito del deporte y me era fácil exigir al cuerpo al máximo … y más allá …
El gran tema llegó luego: PRANAYAMAS. Primero, observar mi respiración sin cambiarla … ufff que desafío, mi mente saltaba de un lado al otro, no podía concentrarme y sentía mi cuerpo como una gran jaula de la cual quería huir, cómo haría para concentrarme en la respiración? era una misión imposible!.
Hoy escribo esto, les abro mi sentir, y se dibuja una sonrisa en mi rostro, claro, ya han pasado más de 15 años de ese evento y la práctica de Pranayamas o respiración consciente hoy es tan importante y vital como el agua diaria.
Porqué esto Prema?, preguntan mis alumnos. Porque a través de estas respiraciones conscientes, profundas y completas se nos hablita la posibilidad de mover el Prana o energía vital dentro nuestro. A través de estos movimientos respiratorios somos capaces de acceder a los bloqueos internos y removerlos. Dichos bloqueos pueden provenir del cuerpo, de la mente o de las emociones. Ello nos demuestra que los movimientos sutiles de la respiración consciente son en muchos casos, muchos más potentes en efectos que las asanas ya que van más profundo en nuestro campo energético. Sólo tenemos que sentarnos y aprender a utilizar en forma inteligente los mismos. Los Yoguis, después de mucha contemplación y meditación en nuestro sistema interno, han diseñado, cual fabrica moderna, muchos Pranayamas distintos, con efectos muy tangibles en nuestro organismo. Algunos nos cedan, algunos nos estimulan, otros nos equilibran. Todo depende de qué necesitemos activar en nosotros mismos.
Te dejo una frase que me acompaña siempre: “La respiración es el vehículo de nuestra consciencia”. Aprendiendo el arte del Pranayama, hacemos posible vehiculizar a la divinidad dentro de nosotros, dándole luz y espacio.
Te animás?
Namate, Prem