Un Cuento ZEN para un día lluvioso;
Dos monjes tenían una discusión en la entrada de un templo. El maestro, que en ese momento pasaba, se acercó a ellos y les preguntó sobre que se trataba su debate.
Uno de los monjes dijo:
– Estábamos mirando ese árbol, y dije que las hojas se movían, pero mi compañero dice que es el viento el que se mueve
El maestro miró al árbol, luego a sus discípulos y les dijo:
– es su mente la que se mueve.